La revista Cine Amor usualmente contiene publicidad financiada por el Estado, a través de campañas de carácter público que buscan sensibilizar a la lectoría sobre aspectos comunitarios, como los beneficios de saber leer y escribir. En 1960, el 16 por ciento de las personas mayores de 15 años era analfabeto, por lo que las revistas fotonoveladas sirvieron de herramienta pedagógica en los estratos menos pudientes.
Otra estrategia es informar sobre los beneficios derivados de la recaudación tributaria con los impuestos al consumo, a través de la emisión de boletas de compraventas. Estos avisos explicitan la forma en que se gastan esos recursos y explican los concursos y sorteos que fomentan la emisión de estos comprobantes.
También hay espacio para estrategias promocionales de sensibilización, como los consejos de ahorro de agua debido a la sequía que afecta al país en la segunda parte de la década de los sesenta.
En noviembre de 1973, la revista Ternura publica un aviso sobre el “Gran sorteo” del Pequeño Cottolengo, obra benéfica que “ayuda al deficiente mental”, en una época en que la discapacidad y la inclusión no tienen la importancia actual.